Ese módulo se repite a lo largo de 115m de longitud y 4.09m de altura generando una imagen continua y sugerente a través de la cual se podrá identificar como un edificio particular en su entorno. Se destaca también por su color dorado - haciendo referencia a la época del oro precolombina- y por su geometría tridimensional dando al edificio un carácter vibratorio y reflectante, que hace que el conjunto de las estaciones se vean como una referencia en la ciudad, tanto por su imagen icónica como por la importancia del sistema de transporte para los bogotanos y poblaciones de la sabana de occidente. Por ello también se plantea retranquear la estructura y los volúmenes de las taquillas para así marcar las entradas y potenciar el volumen de la estación como un elemento singular.